El bajo es un instrumento bastante joven (apenas sesenta años), y aunque nació con la idea de ser un contrabajo eléctrico, con el tiempo ha ido consiguiendo su propia voz.

Creado inicialmente con cuatro cuerdas, actualmente se pueden encontrar modelos de entre dos y doce cuerdas (¡de verdad!), siendo los más comunes los de cuatro y cinco.

Para mí, el bajo tiene cinco cuerdas. Ya no es solo el rango añadido de notas que te ofrece el Si grave, sino la comodidad en cuanto a digitación y trasposición. Es cierto, que a mayor número de cuerdas, uno se encuentra con mayores problemas de muteado, pero hay técnicas muy depuradas para solucionar esto.

También existe la creencia de que es más difícil tocar slap en bajos de más de cuatro cuerdas, debido a la separación entre las mismas. Sin embargo, la mayoría de los modelos modernos de cinco o más cuerdas, tienen la misma separación entre ellas que los de cuatro, con mástiles bastante más anchos. Bajistas como Nathan East, Bill Dickens, Alain Caron, Richard Bona, Gianni Serino, John Patitucci, Tetsuo Sakurai, etc. tocan más que perfectamente con todas las técnicas sobre sus bajos.

No obstante, no olvidemos que algunos de los mejores bajistas del mundo: Victor Wooten, Stanley Clarke, Marcus Miller, etc., tocan habitualmente (sobre todo en slap) con bajos de cuatro cuerdas.