ACTITUD EN EL DIRECTO

Tienes que tener una cosa clara, la gente que ha contratado tu banda no quiere escuchar un disco de tu grupo, quiere un espectáculo. Si además añadimos que la inmensa mayoría del público, fuera del círculo musical, no son capaces de distinguir más que entre voz y acompañamiento, llegamos a las siguientes conclusiones:

  1. Cuanta más dosis de circo puedas añadir mejor (sin olvidar que es un concierto).
  2. Si consigues que el público lo pase bien, triunfas. El sonido de la banda (y el tuyo propio), ayuda, pero es absolutamente secundario.
  3. Si te muestras visíblemente enfadado o te mosqueas con algún miembro de tu grupo o del público, cortas el rollo. Deja estas cosas para cuando estés fuera del escenario.
  4. Si muestras visíblemente que lo estás pasando bien, consigues un efecto contagio entre el público y en tus compañeros. La clave del éxito.
  5. Ayuda a que todo el mundo se sienta bien contigo, que piensen que toda esa magia sería imposible sin ti. Te volverán a llamar.
  6. Recuerda que si en algún momento estás tapando al solista (cantante, guitarrista, saxo, etc.), no estás haciendo bien tu trabajo. Tu labor es que el solista se sienta como el rey del mundo.

En resumidas cuentas, olvídate de tu ego y vuélcate en la banda. Intenta siempre ver y escuchar todo desde una perpectiva global.